SIEMPRE blanco
Si tuviera que elegir una única herramienta decorativa, una varita que me ayudara a transformar los espacios y hasta el alma de una casa, no dudaría (y creo que muchas de vosotras tampoco). Sería el color blanco. Me recuerda la pureza, el empezar de cero con toda la ilusión que eso supone, la luz de las mañanas... ¿Te pasa lo mismo? Pondría blanco en las paredes, en las telas, en algunos muebles, en los complementos, hasta en los detalles, como la vajilla o una maceta. ¡Cómo queda! En este número no queríamos quedarnos en la teoría y hemos comprobado in situ los milagrosos efectos decorativos de este color que tanto nos gusta. Hemos transformado un salón comedor por completo. Era anticuado y oscuro y, aunque tenía un bonito arrimadero blanco…