El sabor de la memoria
edito En una reciente entrevista al escritor, musicólogo e intelectual Pascal Quignard, un mito de las letras francesas que decidió renunciar a todos sus cargos públicos y optar por el retiro para dedicarse de lleno a la literatura, le preguntaban por su hipotética lista de las cosas que más amaba en el mundo. Mencionaba el alba, el piano y las últimas obras de Fauré. Después de unos momentos de reflexión, el autor de Todas las mañanas del mundo confesaba: «Ahora que llega la primavera, lo que más espero son los espárragos del Yonne, en Sens. No hay nada mejor en la tierra». Resulta sorprendente cómo un sabor puede inspirar los sentimientos más profundos. Todos hemos oído hablar de la magdalena de Proust, un concepto que acuñó el autor de la…