B de brava
ESTUVIMOS, más o menos, unas diecisiete horas en total con Rosalía preparando este reportaje. En Barcelona, en un garaje-estudio escondido primero, un par de tardes no demasiado frías para ser de febrero, y en Los Ángeles un poco después, más tranquilos, al sol. Era San Valentín y ella tenía motivos y compañía para haber estado paseando por la playa de la mano bien pegados (la orilla es demasiado estrecha para los amantes) y no haciéndose fotos, pero lo hizo todo con una sonrisa de mariposa. Literal y brillantemente. Es un alma libre, desinhibida y consciente, es una artista cargada de pureza. Sólo una frase que dijo nada más llegar, y nos disculpará esta pequeña intromisión al off the record: “Quiero que la sesión cuente una historia, no hacerme varias fotos bonitas…