La vida SIMPLE
Es un ejercicio de reducción que solemos practicar en verano.Dejamos el asfalto y ponemos las coordenadas rumbo al paraíso. A fuerza de pasar días en posición horizontal, encontramos la calmamental y recargamos las pilas. Pero, a lo nuestro, decorativamente hablando, ¿qué necesitamos para sentirnos bien en vacaciones? Para mí, poco más que una buena sombra, sea en un porche en el campo, en un balcón frente almar o bajo una sombrilla junto a la piscina. Bien resguardado, porque yo del sol huyo, me aturde, no soy de los que se entregan incondicionales como ofrendas al dios Ra. Al amparo de ese refugio estival solo visualizo una tumbona, una hamaca que se balancea o una ‘daybed’ para atrincherarme día y noche y practicar la vida simple (qué reto y qué gusto)…