EDITORIAL
Pasamos un año en el calendario y esperemos que este nuevo 2023 sea por fin uno que cumpla todas nuestras esperanzas. A nadie hay que recordar que llevamos una racha que se podría definir de muchas maneras, pero desde luego de ninguna buena. Las crisis económicas acabaron con la traca final de la epidemia de la Covid19, que por cierto no solo no ha terminado sino que parece que en China va a tener otra explosión. Sin que sus efectos sobre el comercio, la logística o la disponibilidad de chips electrónicos hubiesen acabado, nos encontramos con la invasión de Ucrania por parte de Rusia y la crisis energética que nos ha llevado a sufrir una inflación que no recordábamos desde hacía décadas. ¿Qué puede pasar este año? Pues aunque quizás…