LA CARTA
Quién mejor que Sorolla (del que este año se cumple el centenario de su muerte) para ilustrar el tema de la infancia. Luz, inocencia, energía, vitalidad… Sólo los niños son capaces de expresar sus sentimientos con esa intensidad desmedida. Ojalá en la edad adulta supiéramos defender nuestros ideales como luchan ellos cada pequeña batalla, desde quedarse un rato más en el parque hasta arañar unos minutos antes de irse a la cama. Maravillosos y agotadores a partes iguales, todos sabemos que sin su presencia el mundo sería mucho más feo. En el número que tienes en tus manos, hemos querido prestarles un poco de atención. A los pequeños y a aquellos que no se sienten ni niños ni adultos: los adolescentes. Una etapa llena de incertidumbre, miedo y emociones desmedidas…