Al servicio de su majestad
HACE MÁS DE 30 AÑOS… y justo cuando empezamos de becarios en el mundo del motor, comenzábamos a viajar a los salones internacionales del automóvil, y en concreto al anual de Ginebra. La cita Suiza, quizá la más bella y apasionante del momento, siempre estuvo presidida por los grandes preparadores, carroceros y escuelas de diseño europeas. Todos estos stands hacían de Ginebra una muestra maravillosa, llena de encanto, y donde los personajes más influyentes del mundo comenzaron a encargar sus coches únicos, sus one-off-one y blindados antidroga. Entre todas las firmas de tuning de marca, había una que resaltaba demasiado y esa era, sin duda, Brabus. Yo siempre pensé que la traducción sería “Bravo” en algún idioma del Este; pero no, eran las siglas de los apellidos de los dos…