Claves de la Razón Práctica Julio - Agosto 2018

A CORUÑA A CORUÑA Libreria Paraisos de Papel Rúa Cordonería, 10 FERROL Librería Central Librera Rúa Real, 71 SANTIAGO DE COMPOSTELA Librería Follas Novas Rúa de Montero Ríos, 37 ÁLAVA VITORIA-GASTEIZ Librería Zuloa Irudia Correría Kalea, 21 ALBACETE ALBACETE Librería Herso Calle Dionisio Guardiola, 18 ALICANTE ALICANTE Pynchon&co Calle Poeta Quintana, 37. Libros 28 Calle VillaFranza, 16, bajo ELCHE Librería Ali i Truc Passeig de les Eres de Santa Llucia, 5-7 SAN VICENTE DEL RASPEIG ALMERÍA Librería Universitaria de Almería C/ Reyes Católicos, 18 ASTURIAS GIJÓN Librería Paradiso Calle de la Merced, 28 Librería Central Calle San Bernardo, 31, OVIEDO Papelería San Antonio Asoc. Mercado Social Calle Gutiérrez de los Ríos, 10 GRANADA Librería Praga Calle Gracia, 33 El Tiempo Perdido Calle de Marqués de Falces, 4 Librería Picasso Calle Obispo Hurtado, 5. HUESCA Librería Anónima Calle de Cabestany, 19 LA RIOJA LOGROÑO Librería Santos Ochoa Calle Doctores Castroviejo, 19 Castroviejo Librero C/ Portales, 43 LUGO Totemcomics Galerías Villamor, Pza. Santo Domingo, 3 MADRID ALCALÁ DE HENARES Librería Diógenes C/Ramón y Cajal, 1 FUENLABRADA Cmm Campus Libros Camino del Molino s/n, Universidad Rey Juan Carlos MADRID La Central Calle del Postigo de San Martín, 8 Librería Miraguano Calle de Hermosilla,…

De todas las actividades humanas, que van de lo ingenioso a lo grotesco y de lo inane a lo atroz, quizá una de las más extrañas sea la lectura. Se ha tratado de definir al hombre como el animal que habla, que razona, que ríe… Pero enseguida tropezamos con un zoófilo que nos informa de que también los animales “hablan” a su modo y de que son capaces de concatenaciones causa-efecto que equivalen a razonamientos, o de que los chimpancés celebran las bromas con especiales cacareos de jolgorio. Pero si decimos que el hombre es “el animal que lee” creo que damos con un rasgo lo suficientemente específico como para que no pueda disputárnoslo ningún bicho. Eso sí, el pesimista de turno dirá que el animal es en cualquier caso…

Los dioses griegos no leían. Pero el dios Dioniso, en la comedia de Aristófanes Las Ranas, viaja al Hades con la intención de resucitar a un autor trágico para el teatro de Atenas, y a bordo del barco que cruza la laguna Estigia va leyendo con fervor una tragedia, la Andrómeda de Eurípides, de quien se declara admirador. (Cf.versos 52-3) No sabemos si el dios leía en silencio o en voz alta. Esto último era lo habitual, si bien ya en alguna escena de tragedia salen lectores que “leen para sí”. En un fragmento (173 Knock ) del Faón de Platón el Cómico, el protagonista dice: “en la soledad quiero leer este libro para mis adentros (pròs emautón)”. En el Hipólito de Eurípides, Teseo lee la tablilla que ha escrito Fedra…

Para ampliar lecturas sobre este tema, quisiera recomendar unos libros: HENRI-JEAN MARTIN, Historia y poderes de lo escrito (Trad. E.Fernández Prado y A.Rodríguez Navarro), Trea, Gijón 1999. G.CAVALLO Y R.CHARTIER, eds.: Historia de la lectura en el mundo occidental. (Trad. de M.Barberán, M.P.Palomrero, F.Borrajo, y C.García Ohlrich), Madrid, Taurus, 1998. ( El artículo citado de Svembro.”La invención de la lectura silenciosa” está aquí, pp. 7-94). ALBERTO MANGUEL, Una historia de la lectura, Alianza, Madrid, 1998.…

Un fetiche picaresco. Una mañana lluviosa en Nueva York me dirigí a la Hispanic Society of America decidido a llevar un embuste hasta sus últimas consecuencias. Me sentía como un agente secreto en misión bibliófila, un James Bond de la literatura áurea. Tras dejar mi paraguas en el vestíbulo del inmenso edificio de la Sociedad, bajé al sótano, que resguarda una de las bibliotecas en español más ricas que existen. Me presenté (primer engaño) como investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México. Entonces yo era un feliz desempleado que escribía una novela y vivía al destajo editorial. En una noche de fiesta alocada, mis amigos y yo habíamos comprado boletos para escuchar a Anna Netrebko cantar Anna Bolena en la Metropolitan Opera. Para hacer el viaje más emocionante, escribí…

Cuando pensamos en la lectura lo primero que nos viene a la cabeza a todos es un libro, ese epítome de todas las formas que asume en el imaginario colectivo esta actividad comunicativa que nos hace humanos. Sin embargo, reducir algo tan inabarcable como la lectura a dos tapas, un lomo y un puñado de hojas escritas es simplista: la lectura en sí no es tanto una acción como la consecuencia última de una irrefrenable necesidad humana, que no es otra que “contar algo”. Miremos juntos a la lectura como esa manifestación de la comunicación humana para contemplarla desde sus distintas facetas: aproximémonos a entender qué significa y entraña de verdad. ‘Yo la verdad es que no leo nada’ Quien diga esto será, en muchísimos casos, una de tres cosas: alguien que…