El espejo de Ordesa
El templo de la escalada, el reino del vacío, la meca para los aventureros o incluso la catedral del miedo, como lo llaman algunos. La sobrecogedora belleza natural de Ordesa y sus murallas de caliza vertical no de-jan indiferente. Seguro que este enclave pirenaico, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1997 (y segundo Parque Nacional más antiguo de España, desde 1918) merece todos esos títulos pero, además, la escalada aquí aporta algo distinto. Recorriendo sus líneas, navegando entre sus bloques, encomendándonos a los clavos de Ravier, asomándonos a sus proas, esquivando los filos, tocando sus teclas... lo que de verdad encontramos tras las fisuras es nuestro propio reflejo. Las vías de Ordesa y aún más las aperturas –que nunca se han dejado deslumbrar por los destellos del metal, y esperemos…