Cada casa en su lugar
Y no, no se trata del orden físico, sino de mantener el hilo invisible que une a un edificio con sus raíces y con el entorno en el que se asienta. Su valor, más allá de la arquitectura vernácula, está en el diálogo fresco que establece la casa con ella misma, en el caso de que se esté rehabilitando o reformando, y en la coherencia que mantiene con el espacio urbano o rural donde se encuentra. Ojo, que con esto no estamos defendiendo la uniformidad, una construcción puede estar acorde con su lugar y a la vez ser especial con respecto a las que la rodean, quizás el secreto de este logro sea consecuencia del crédito despertado por la sostenibilidad; la estética dará la respuesta por sí sola una vez…