YO SOY esa niña
Cuando tenía 5 años quería ser pastora. Me imaginaba de mayor viviendo en las montañas como Heidi, corriendo descalza por los prados y columpiándome entre los abetos. A los 8 soñaba con convertirme en Pippi Calzaslargas, esa niña valiente, carismática, divertida, revolucionaria y segura de sí misma que se acostaba y comía cuando le daba la gana y seguía sus propias reglas. Con 10, no había dudas: iba a ser escritora. O, mejor, directamente me reencarnaría en Jo. Todas admirábamos a Josephine March: inconformista, combativa, libre, generosa, intrépida, idealista, independiente. La que se rompía la falda trepando a los árboles, se cortaba el pelo a lo chico para ayudar en la economía familiar y luchaba por cumplir su sueño de escribir relatos. Y para de contar. Porque cuando yo era…