LOCOS POR EL MOTOR
En la era del progreso surgió el culto a la velocidad. Lo veloz era excitante en aquel tránsito del siglo xix al xx. Como telón de fondo, el automóvil, una máquina sobre ruedas que revolucionaría los conceptos de espacio y tiempo. Conducir imponía carácter. Era seña de identidad de un mundo acelerado, en el que los nuevos juguetes técnicos libraban un desafío contra el crono. El período entre 1900 y 1914 constituyó lo que el historiador Philipp Blom definiría como “años de vértigo”. En un principio, ese estado de euforia estaba reservado a las clases altas, que podían participar en competiciones o disfrutar de los primeros autos exclusivos. Avances técnicos como la adopción del motor de explosión transformarían el sector. Al motorwagen construido por el ingeniero alemán Karl Benz seguirían…