Deshumanizar al enemigo
Se bautizó al siglo xix como la era del progreso. Y el xx nació sobre ruedas, alimentando el culto a la velocidad, las vanguardias y los avances técnicos. Pero la Gran Guerra desbarató creencias y dejó heridas incurables. Tras el desenlace del conflicto, las crisis económicas auparon las frustraciones nacionalistas de algunos países. Movimientos totalitarios quisieron ofrecer seguridad a los descontentos a través de respuestas contundentes. Así surgieron regímenes que se cimentaron en el odio a la diferencia y a la libertad. Los campos de concentración encarnaron la cara más despiadada de aquellas ideologías que deshumanizaban a los “enemigos del pueblo” para convertirlos en esclavos al servicio de un sistema represivo. Fue, entre otros, el caso de los campos del Gulag, que se convirtieron en centros de trabajo forzado al servicio…