Tiempo de ILUSIÓN
Las calles se iluminan y, al igual que las sonrisas en las caritas de los niños, las ciudades se convierten en maravillosas estampas felices, en un ir y venir de mamás y papás con la ilusión en sus rostros y las sorpresas en sus bolsas. Las cocinas de nuestras casas empiezan a funcionar tanto de día como de noche. Los menús navideños tienen que ser muy sabrosos, hacerse a fuego lento y con muchos ingredientes, como a fuego lento se crean los ambientes familiares cuyos ingredientes siempre funcionan: amor, sonrisas, generosidad, cariño, una mesa bien puesta, con velas encendidas, hojas de abeto decorando en el centro, nuestra mejor vajilla y cristalería y para seguir la tradición, un sabroso pavo que refleje que las costumbres, las buenas costumbres, hay que continuarlas…