Es el momento
Una de las cosas que nos ha traído el confinamiento forzoso en nuestras casas ha sido la revisión –también forzosa– que hemos hecho de ellas. Recogidos así, no nos ha quedado más remedio que admitir la evidencia de que todo lo que planeábamos cambiar o renovar ya no admite mas prórrogas. En mi caso, es la cocina la que no me permite mirar hacia otro lado, vamos, que se cae a trozos. Yo antes de esto pasaba poco por ella, apenas comía o cenaba aquí; ni cocinaba desde que mis hijos volaron. Así que, ¡vaya susto con el reencuentro! Un papel pintado del año de la tana (ya he visto en el reportaje de este número el que voy a colo-car) y, sobre todo, una disposición del espacio que hoy…