Siempre hay ESPERANZA
Hace ahora un año conversé mucho por Zoom con el ilustrador italiano Emiliano Ponzi para alumbrar la portada de aquel mayo. Recuerdo con especial nitidez un sábado del confinamiento estricto en el que cuatro personas de nuestro equipo mantuvimos una charla de varias horas con él para encontrar la textura justa de la emoción de la primera portada ilustrada de Vanity Fair España. Queríamos plasmar el concepto de “abrazar la ausencia”. Tanto la de quienes se habían ido, víctimas del virus, como la de nuestros familiares y amigos no convivientes. Tan lejos y tan cerca, decíamos. Parecía como si nuestro esfuerzo de contención, única barrera efectiva contra la enfermedad, fuera a alcanzar la recompensa que nos haría despertar curados. Por desgracia, descubrimos que una pandemia mundial no entiende de justicia…