CARTA DE LA EDITORA
Quisieron los caprichos del destino (y la producción) que fuera precisamente el 8 de marzo, día de la mujer trabajadora, el que juntara en un recóndito estudio de Madrid a dos nombres que llevan meses rondando al unísono por la redacción de ‘Vogue’ España: ÁNGELA MOLINA, musa incombustible de nuestro cine, de belleza incontestable y desafiante, y CAMILA FALQUEZ, la fotógrafa de mirada activista habitual de nuestra cabecera que llevaba meses, años más bien, empeñada en retratarla para la portada. En ese ambiente tan cálido, seguro y ‘sororo’ que solo Camila sabe crear (y que tan bien describe su amiga –y la nuestra– LETICIA SALA en su texto ‘Deliciosa Camila’ pág. 134), hablamos de linajes, de hijos y nietos, de guerras y mujeres, pero sobre todo escuchamos, y celebramos a…