Una nueva inteligencia para salvar el mundo
Por un lado, la humanidad asiste al despliegue de unas vacunas, más o menos eficaces, para combatir a un nuevo virus que salió de la nada hace poco más de un año. Un tributo, sin duda alguna, a la sabiduría del Homo sapiens y al poder de la fe en la ciencia. Por otro lado, aún no existe –ni se espera– la vacuna que frene los conflictos armados, las crisis humanitarias y las muertes innecesarias que estos causan en multitud de países de todo el planeta, o que inmunice a los dirigentes mundiales de la ineptitud, la ineficacia y la inflexibilidad de la que hacen gala sin mostrar ningún pudor. La covid-19 ha sacado a la luz las divisiones, las desigualdades y las debilidades estructurales de las sociedades, especialmente las…