Rosario Ibarra y su indoblegable lucha
Detrás de ese cuerpo menudo y esas sobrias maneras de vestir de doña Rosario Ibarra de Piedra, muy pronto descubrí el volcán efervescente de energía interna que la llevó durante décadas a sostener una lucha incansable contra la desaparición forzada y a batallar, sin tregua ni claudicación, en busca de justicia y para reencontrarse con su hijo Jesús, detenido-desaparecido por agentes del gobierno en abril de 1975. Nos entrevistamos aquella primera vez en las calles de Adolfo Prieto en la colonia Del Valle, domicilio del ingeniero José Álvarez Icaza y su esposa Luzma. En esa misma ocasión –corría el año 1977 y doña Rosario tenía 50 años– conocí a doña Elodia, la madre de Arturo y Emilio Gámiz, dos de los ocho guerrilleros muertos en el ataque al cuartel militar…