CARTA DEL EDITOR
NO FUE PLANEADO, pero dos de los artículos incluidos en esta edición de septiembre coinciden en un tema preferido de Esquire: el “peligroso” placer por la comida, en especial con la riqueza gastronómica y la diversidad de restaurantes que ofrece México. Más allá de referirse ambos a la experiencia de la buena mesa, ambos confluyen en cierto común denominador que parecería obvio, aunque no necesariamente: el gusto de los mexicanos por aquellos lugares a los que, más allá de lujos y pretensiones, llegamos (y regresamos) debido al encanto que nos producen tanto sus platillos como su ambiente. Esos “oasis” en los cuáles resulta un auténtico placer degustar sorpresas y donde casi siempre terminamos en divertidas y generosas sobremesas, junto a los buenos amigos o en familia (con postre, café, carajillo…).…