¿UNA ESPERA QUE LLEGA A SU FIN?
En Bacadéhuachi “se vive de milagro”, dice María Loreto Valenzuela. En el pueblo, la conocen como Tita, tiene un comedor y la esperanza de poder verlo lleno pronto. En los últimos años, ha alimentado a gran parte de los geólogos, ingenieros o periodistas que han llegado al municipio sonorense, que con menos de 1,000 habitantes se ha convertido en la imagen de la esperanza por la riqueza económica que puede generar la explotación del litio. Desde hace tiempo, ejecutivos de Bacanora Lithium, la empresa que tiene la concesión de la explotación del yacimiento que hay en la zona, han dicho a los vecinos que una vez que se abra la mina los negocios locales florecerán. Pero, hasta ahora, dice Tita, el litio no ha traído más que esperanza de un…