Cuando un juego mola, lo demás no importa
Cuando en 1993 analicé Link's Awakening para esta revista, ni de lejos podía imaginar que, veintiséis años después, volvería a analizar el mismo juego para la misma revista. Las vueltas (o no) que da la vida… Más allá de la anécdota (¿cuánta gente habrá en el mundo que pueda decir lo mismo?), hacer este análisis me ha permitido confirmar una teoría: siempre he dicho que lo que de verdad importa de un juego es que "mole". Ya sé que no suena muy técnico, que no es una expresión muy profesional, pero ¿a que me habéis entendido? Pues bien, Link’s Awakeningmola. Y mola ahora igual que molaba en la pequeña pantalla de Game Boy. De hecho, es el mismo juego, idéntico, con algún ajuste en la jugabilidad que se debe más…