VOLVER a las RAÍCES
En mi casa también hay un armario donde sigue colgada la ropa de mi abuela. Todavía huele a ella, a señora elegante que arrastra su perfume como bata de cola, y lo deja impregnado en todos los rincones de mi memoria. A veces subo solo a oler. Otras veces a robarle su ropa, como hacemos las nietas con las abuelas, las hijas con las madres o las hermanas entre nosotras. Me hace gracia leerlo en estas páginas. Niñas de la generación Z que reconocen el valor de lo suyo. De las suyas. Que buscan referentes en sus raíces y siempre vuelven a casa. Salen, estudian, se forman, aprenden, se comen el mundo y luego se visten con la ropa de sus abuelas, a la sombra del limonero que las vio…