Objetivos imposibles
L ÚNICO CONSEJO QUE PUEDO DAROS ES QUE SI ALGO NO EXISTE, CREADLO”, les soltó en 2018 Mark Sinclair a los centenares de estudiantes que se agolpaban en el salón de actos del Hunter College, antes de recibir entre estruendosos aplausos un doctorado honorífico. Y Sinclair sabía de lo que hablaba. Más de 30 años atrás, había abandonado sus estudios de lengua inglesa en esta universidad pública de Nueva York para largarse a Los Ángeles y hacer realidad un mantra que repetía desde que apenas levantaba dos palmos del suelo: “Tan cierto como que estoy vivo, que un día seré una estrella de cine”. Lastima que a la realidad, y a los grandes estudios, ese mantra repetido hasta la náusea por un musculoso joven mestizo de pelo ralo se la trajera…