La convulsa Edad Media
Alrededor del año 1160, surgió en el sur de Francia un movimiento religioso que recibió varios nombres: albigenses, cathari… A sí mismos, ellos se denominaban tan solo “buenos caballeros y buenas damas”. Hoy los conocemos como cátaros. Fueron una de las sectas cristianas que, descontentas con la Iglesia tras la reforma gregoriana, irrumpieron en la Edad Media para reformar esta y defender la práctica de una vida de pureza más pegada al Evangelio que a Roma como vía de salvación. De este modo, una de sus características, si no la mayor, fue la crítica que con su forma de vida desplegaban contra el papa y la jerarquía vaticana. Ellos eran los auténticos discípulos de Cristo. Varios señores feudales, descontentos con el poder que iba acumulando la Iglesia, se alinearon con ellos…