Una vida sin muros
Fue una gruesa pared de concreto, alambre de púas y puestos de observación que dividió físicamente un país, e ideológicamente al mundo entero. Llegó a darle representación al término “cortina de hierro”, la división entre territorios democráticos y comunistas. Pero hace 30 años la noticia de que los ciudadanos de las dos Alemanias, tanto de la República Federal Alemana como de la República Democrática Alemana, al fin podían atravesarlo sin restricciones, tomó por sorpresa a todo el orbe. Se trataba del inicio del fin de la influencia de la Unión Soviética (URSS) en países de Europa Oriental y también de aquella nación, que se disolvería en 1991. Marcaba también el final de la llamada Guerra Fría, uno de los periodos más angustiosos de la historia mundial en el que Estados…